
Hoy cuando la humanidad esta inmersa en una vorágine constante de cambios y propuestas, que llevan al individuo a incursionar en ámbitos ten diferentes a como lo hacían generaciones anteriores, nos encontramos con que se ha puesto de lado algunos valores tan necesarios para esa evolución, como el aire, el agua y el amor.
Dice el mismo autor, que hoy por hoy una de las mayores crisis de la humanidad y muy particularmente en los países tercermundistas, está en la disolución de la familia, como célula fundamental de la sociedad, como marco referencial para dotar al individuo de elementos que le permitan una armónica interrelación. Sin familia, la ecuación se tambalea.
Otro de los valores que es necesario desarrollar es la conciencia de la libertad. El hombre debe ser libre, para crear, para determinarse, para amar. Entendiendo que su libertad esta sujeta a la relación con su entorno y con los demás.
El valor del amor. Amor, sentimiento que nos acerca a Dios y a los semejantes, para poder comprenderlos y aceptarlos.
El valor de la conciencia de la existencia de un Ser Supremo, de Dios. Ese Dios que nos hizo y que nos mantiene para dar testimonio de nuestra realidad, humana. Si la educación no tiende a este desarrollo, no pasa de ser una mera instrucción.
Lic. José Palencia.